¡Ya llevamos un mes con juegos populares y tradicionales y no quieren parar!
El sonido metálico de las chapas, de los aros intentando rodar por la plaza, "sobre, sobre por...", una botella con piedras que es pateada, alpargatas que caen al suelo... pero, sobre todo, lo que se escucha es la voz de niños y niñas jugando en la calle.
La ilusión al conseguir rodar el aro o girar la peonza, de crear cartetas (o tazos para los que aún somos "jóvenes"), de coger bien la canica y lanzarla a guá, de tirar 5 de las 6 birlas...
Y también los dolores de brazos y espalda al tirar del palo, o el quemazón al jugar al pulso de pica, el latigazo de la comba combinado con un culetazo...
El cartero que se une a enseñar a rodar el aro, los vecinos que nos cantan las canciones de la comba, los turistas que sonríen al recordar algunos juegos...
Todo lo que trae jugar... Y esto nos ha dado una idea... que llegará.