Iré a la peña de la plaga. Vamos a hacer arroz a la cubana.
Y también iremos a las carrozas y veré el toro de fuego.
Pero tiran cohetes gordos.
Iré a misa con mi abuela y dormiré con los yayos.
Iré al baile y habré guiñote, volteo de campanas, chupinazo, cabezudos y trío.
Natalia
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miércoles, 28 de septiembre de 2011
lunes, 26 de septiembre de 2011
MARIPOSA DE OTOÑO
LA mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.
PABLO NERUDA
LA mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.
PABLO NERUDA
poesias de otoño
EL CONEJO Y LA ARDILLA"
El conejo y la ardilla
van en busca de la pandilla,
¡corre que te pilla!
Todos juegan en la orilla,
jugando sin parar
Hasta la hora de cenar.
José Javier Fernández Mondéjar
poesia de otoño
El otoño otoñeció
y el frío llegó,
las ardillas cordillas
El viento se las llevó.
Los árboles desnudos
las señoritas los vió
y las casas calentitas
Que gusto a los niños les dio.
Muchas castañas, avellanas,
granadas, ¡qué buenas están!
Las señoras cuecen las setas cueretas
En las caceretas,
¡Uy qué ricas que están
las setas cueretas.!
y el frío llegó,
las ardillas cordillas
El viento se las llevó.
Los árboles desnudos
las señoritas los vió
y las casas calentitas
Que gusto a los niños les dio.
Muchas castañas, avellanas,
granadas, ¡qué buenas están!
Las señoras cuecen las setas cueretas
En las caceretas,
¡Uy qué ricas que están
las setas cueretas.!
Poesias de otoño
"Pareados sobre el Otoño"
El Otoño llegó
y la hoja del árbol se cayó
La ardilla salió
y el pájaro se metió
El sol se metió
y la lluvia volvió
El viento llegó
y el pájaro se heló
España se enfrió
y el verano a Australia llegó
Las hojas se cayeron
porque de color marrón se volvieron
El verano se fue
y de amarillo el paisaje pintaré
Llueve en toda España
y el tiempo no acompaña
Las chaquetas volvieron
y los bañadores se fueron
El Otoño llegó
y la hoja del árbol se cayó
La ardilla salió
y el pájaro se metió
El sol se metió
y la lluvia volvió
El viento llegó
y el pájaro se heló
España se enfrió
y el verano a Australia llegó
Las hojas se cayeron
porque de color marrón se volvieron
El verano se fue
y de amarillo el paisaje pintaré
Llueve en toda España
y el tiempo no acompaña
Las chaquetas volvieron
y los bañadores se fueron
POESÍAS DE OTOÑO
EL OTOÑO
Es el otoño ,
los pájaros se van,
el dia es más corto,
el frio enpieza ya.
es el otoño
las hojas caen ya
y una alfombra amarilla
el suelo cubrirá
anónimo.
POESIAS DE OTOÑO
El otoño ha llegado
Y las hojas se han secado
Sopla el viento
Y las hojas se caen en un momento.
Y como hace frío
La estufa se ha encendido,
El calor del fuego
Me hace sentir como nuevo.
Voy al huerto
Voy al huerto
Y de granadas lleno el cesto,
Voy al campo
Y un almendro planto.
Viene una ardilla
Y se sienta en la silla;
El zorro tan astuto
Se esconde tras el arbusto.
Qué más puedo decirte
Qué más puedo decirte
Si el otoño es tan triste.
Rubèn LaCasa Meseguer